Cuando me acercaba al Taj Mahal creía que sabía lo que vería, había visto cientos de fotos, pero desde luego no fue así, estaba muy equivocada.
A la entrada al recinto se deja entrever lo que sin duda fue una visión espectacular. Al fondo de unos preciosos jardines con una fuete central, se encuentra uno de los edificios mas impactantes que he visto jamás, en tonos entre rosa y naranja al amanecer, es espectacular, pero hasta que no te acercas más, no descubres que el panteón es gigantesco y precioso.
Una vez que lleguemos a la entrada, hay que pasar un control de seguridad, no se puede entrar más que una cámara para la que hay que pagar una entrada aparte.
Para visitar el Taj Mahal en todo su esplendor es importante y recomendable ir muy temprano, al amanecer. Nosotros nos levantamos a las cuatro de la madrugada para asegurar que llegábamos pronto, antes de que hubiera mucha gente para evitar las colas, y por supuesto lo más importante, contemplar la gama de colores que el solo a esa hora tan temprana.
En el camino de llegada os encontraréis niños pidiendo, os recomiendo no darles dinero. Nosotros les dimos regalitos, bolígrafos por ejemplo, pero siempre a la salida, si no os seguirán para conseguir más. A veces, adultos los envían a pedir dinero, así que como al final no es para ellos, mejor no dárselo.
Entre otras curiosidades, hay una que me llamó especialmente la atención, y fue un banco dónde había cola para sentarse a hacerse fotos. Más tarde supimos que es banco es conocido como el de Lady Di, porque allí tiene hecha un famoso foto en una de sus visitas a la India. Además, es muy común ver a parejas, de todas partes del mundo con fotógrafos profesionales para hacerse un reportaje, esperan a la entrada y ofrecen sus servicios a todos los visitantes. En breve os llevan las fotos.
Esperamos esta información os sirva de ayuda a la hora de visitar este monumento, parada imprescindible en vuestro viaje a la India.